En torno a tres millones de empleados en nuestro país se han visto afectados por un ERTE (Expediente de Regulación Temporal de Empleo), desde que estalló la pandemia de coronavirus.
Ha habido paralizaciones de los contratos laborales, aunque otros únicamente se limitaban a una reducción de horas en su jornada ordinaria.
Desde el máximo que se alcanzó por finales de abril, unos 3,38 millones de afectados, por suspensión parcial o total, según el Ministerio de Trabajo, ese número se ha ido viendo reducido y a finales de este mes de junio, unos 1,56 millones de personas han salido ya del ERTE, en función de los datos oficiales.
El ERTE ha supuesto para todos ellos el cobro de unas prestaciones públicas, que incluían un 70% de la base reguladora durante los 180 días posteriores a la pandemia y de un 50% cuando cumplió ese plazo (en los casos de suspensión total del contrato), porcentajes que también se aplican para las suspensiones parciales.
Entonces, por ejemplo, si una empresa hubiese aplicado una disminución de dos horas en el horario normal de un empleado suyo (en una jornada laboral de 8 horas), cobrará 6 horas por parte de la compañía y el 70% de las dos horas.
Sin embargo, según se anunciaba hace simplemente una semana, todo esto tendrá repercusiones fiscales para las declaraciones de la renta de los afectados por un ERTE.
¿Cómo puede afectar el cobro del ERTE a mi declaración de la renta?
El cobro de prestaciones públicas, como el ERTE, supone una escasa retención de IRPF para el beneficiado.
Teniendo en cuenta la cuantía de las ayudas y su extensión en el tiempo, supondría algo muy negativo para las arcas del Estado no obtener mayores ingresos de esta partida. Es por ello que puede existir un desajuste en la renta de 2020.
Durante la campaña de la declaración de renta de este año, finalizada el 30 de junio, el Ministerio de Hacienda fijó en 14.000 millones de euros el límite a percibir por el contribuyente, siempre que tuviese menos de dos pagadores, y que “la suma de las cantidades procedentes del segundo y restantes pagadores, por orden de cuantía, supera la cifra de 1.500 euros anuales”.
Todos aquellos que se han visto afectados por un ERTE han tenido dos pagadores: el SEPE y la empresa. En ese caso, siempre y cuando se encuentren dentro de los límites marcados por Hacienda, el contribuyente hacer frente a una sorpresa desagradable.
Como mencionábamos antes, las prestaciones públicas, como las de desempleo o ERTE, en este caso, apenas se les aplica retención, por lo que al hacer la declaración de la renta el año que viene hay que pagar lo que no ha sido retenido.
¿Cómo puedo evitarlo?
El empleado puede pedirle a su compañía, por escrito, que desea que se le incremente la retención, que se aplicará durante el resto del ejercicio fiscal. Si finalmente no puede conseguir que aumente su retención, en 2021 el contribuyente se verá obligado a pagar a Hacienda o recibir una devolución menor y, de este modo, compensar este desajuste.
También, puedes contactar con nosotros para que te gestionemos la devolución de la renta en 2021. Somos expertos en gestionar la renta y, a partir de los datos que hemos mostrado en este artículo, lo mejor es contar con una gestoría profesional para presentar tu declaración de la renta.
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