El virus COVID-19 mantiene su dinámica y sigue sumando contagios y, lamentablemente, víctimas mortales.
Ya son más de 30 países los que han registrado casos y el número de afectados en todo el planeta supera los 80.000.
La propia OMS (Organización Mundial de la Salud) alertó de que podríamos estar ante una pandemia.
Aunque el índice de mortalidad del coronavirus es reducido de momento, cada vez más firmas de análisis y reconocimiento de mercados de gran prestigio están dando a conocer el impacto que puede tener en el mundo económico, al que hay que incluir también el sector inmobiliario.
Una de ellas ha sido la gestoría Janus Henderson, qué ha resumido cuáles son los sectores que más están ganando y perdiendo con el coronavirus.
Si nos vamos al mercado asiático, la vivienda es uno de los sectores que más está sufriendo las consecuencias del COVID-19.
Sólo durante la primera semana de febrero, el mercado de la compraventa de casas cayó un 90% en las 36 principales ciudades chinas, además de que prácticamente todas las agencias inmobiliarias están cerradas.
Asimismo, el precio de la vivienda ha experimentado el crecimiento más moderado de los últimos dos años.
No obstante, en el sector residencial hay un claro negocio ganador: la venta de propiedades por Internet. Según South China Morning Post, se han producido 47.000 operaciones por un valor de 7.660 millones de euros.
Posicionamiento de las inversiones inmobiliarias ante la crisis actual
Desde Janus Henderson afirman que, no solo la vivienda se ha beneficiado de la expansión del coronavirus, sino que también la logística y otros activos alternativos como los centros de datos, las torres de telefonía y comunidades de viviendas prefabricadas se han visto favorecidos, gracias al tirón del teletrabajo y las compras por Internet.
Según Janus Henderson, estos sectores se están beneficiando de “factores favorables estructurales” al incorporar tendencias disruptivas que implican los cambios demográficos y los avances tecnológicos.
En toda Asia, el surgimiento del coronavirus ha provocado que muchas empresas lleven a implementar distintos modos de planes de trabajo a distancia, lo que destaca la rentabilidad de espacios de trabajo flexibles que pueden cambiar la forma en la que las empresas conciben los requisitos físicos de las oficinas del futuro.
El incremento de las plataformas de Marketplace, las compras online y la conectividad de datos, junto con el aumento de personas que trabajan desde casa, respaldan la demanda de esta clase de infraestructuras.
Por tanto, podemos ver como el brote de coronavirus está provocando consecuencias indirectas sobre el mercado inmobiliario al realzar el cambio impulsado por nuevos estilo de vida y avances tecnológicos, que están cambiando el uso de los inmuebles y la demanda de estos.