El confinamiento que hemos pasado como consecuencia de la pandemia de COVID-19 ha hecho pensar a muchas familias acerca de sus viviendas. Nos hemos vuelto más sensibles al entorno en el que vivimos, sobre todo aquellos que residen en núcleos urbanos, lo que ha influenciado claramente en nuestros hábitos de búsqueda de nuevos hogares.
Entre las demandas más solicitadas, se encuentran:
- Existencia de espacios abiertos: jardines, balcones y terrazas se han vuelto primordiales.
- Más metros cuadrados en el interior.
- Más habitaciones, ya que hemos tenido que adaptar nuestra actual vivienda al tele-trabajo.
La periferia siempre ha tenido una mejor relación calidad-precio y es por ello por lo que, en este artículo, vamos a explicaros los motivos de su auge.
Claves del aumento de la demanda de las viviendas en entornos rurales
Precio competitivo
Cuanto más nos alejamos del núcleo urbano, la oferta de pisos cambia. Es totalmente cierto que, a medida que estás más cerca del centro, el precio se encarece. Comprar una casa en el centro de Málaga, por ejemplo, puede costarte lo mismo que una vivienda unifamiliar con jardín en un municipio cercano, el que sea. Como hemos podido comprobar estos meses de confinamiento, debido al coronavirus y el teletrabajo, huir de la ciudad se ha convertido en tendencia.
Teletrabajo a la orden del día
El COVID-19 llevó a muchas compañías a mandar a sus empleados a sus casas para continuar con sus tareas desde allí. Ahora que ya se ha demostrado que la productividad no se ha visto en nada afectada, no es del todo extraño que muchas empresas sigan permitiendo esta modalidad de aquí en adelante. Si podemos evitar los desplazamientos entre vivienda y oficina, la periferia se convertirá en una opción más que asequible para compradores.
Perfil de comprador
Las familias con hijos, que demandan un entorno más tranquilo, pero con muchos servicios, han sido los protagonistas de esta búsqueda de mayor calidad de vida en la periferia.
Asimismo, otro perfil que también ha puesto su objetivo en la periferia han sido los jubilados, que tomaron la valiente decisión de vender su casa en el centro para mudarse a plena naturaleza.
Además, también hay muchos jóvenes emprendedores que han apostado por el mundo rural para darle impulso a sus proyectos empresariales, al mismo tiempo que forman parte de una generación mucho más concienciada con el cuidado al medio ambiente.
Tiempo para buscar
Tras un frenazo que han sufrido otros muchos sectores productivos de nuestro país, el mercado inmobiliario ha vuelto con mucha fuerza. Gran parte de la demanda existente aprovechó el encierro para buscar de una forma más cuidadosa, teniendo en cuenta hasta el último detalle que antes podrían haber pasado por alto.
Ha sido ese exhaustivo análisis el que ha permitido que muchas personas se hayan dado cuenta de que, posiblemente, los núcleos urbanos no responden a nuevas necesidades y que en el mundo rural también hay buenas oportunidades.
Inversión en infraestructuras
A pesar de que todavía no está del todo claro que esta “migración” al entorno rural vaya a ser algo que se asiente a largo plazo, es cierto que los núcleos urbanos empiezan a estar saturados. También es verdad que la mentalidad del comprador ya estaba cambiando, pero la pandemia ha acelerado este proceso.
Es vital que se desarrollen nuevas redes de transporte privado y público para que este éxodo tenga verdadero éxito.